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miércoles, marzo 31, 2004

Parco


El desempleo, dijo una vez Robert Capa, es el más anhelado de los sueños....de un fotógrafo de guerra.

El desempleo, por otro lado, para quien no es fotógrafo de guerra, no tiene mucha gracia que digamos.

Tengo, literalmente una acidez asquerosa en la garganta, sólo se calma cuando estoy comiendo algo, pero después de tragar los jugos digestivos vuelven a hacer de las suyas en mi gaznate.

Llueve, tengo frío, y no tengo más que decir.
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lunes, marzo 29, 2004

Manic Monday


El lunes es día de gastar suelas, tengo las direcciones de los lugares donde necesitan periodistas resumidas en una sola hoja de taco post-it. Una es en Moneda, la otra en Londres, una tercera en Condell y pare de contar. Tres direcciones. No parece tan mal, claro que una es de una empresa de cruceros. Simplemente pensé en lo liberador que sería levar anclas de este país y ganar un sueldo en moneda extranjera.
Desde la micro veo a Mónica en Alcántara y a Virginia y Tobalaba. Me pregunto si estarán en la misma que yo. Me pregunto por qué ellas recorren los buenos barrios y yo tengo que internarme en el bajo downtown. Y hasta ahí no más llego con mis preguntas.

Entrego el primer currículum como quien entrega un telegrama. Al bajar las escaleras pienso que tal vez debería meterle más bla bla al asunto. Averiguar si vale o no la pena el gastar un currículum en tal sitio sólo porque han publicado un aviso en El Mercurio pidiendo periodistas.

Me entregan no una, sino dos tarjetitas de "Chicas Hot". La prostitución en el centro es sin duda el más pujante de los negocios actuales. Me inavade una oleada de desprecio hacia todos los hombres de traje gris y mirada baja que gastan el dinero de sus familias en una mamada o un cuadro plástico. Viva el sexo gratuito.

Mi prospecto de los cruceros se hunde estrepitosamente, el lugar no me da confianza, no tienen ni un solo sello que los acredite, trabajan con compañías que mnunca he oído en mi vida. Andamán Cruises, anyone? Y más encima quieren que les entregue mil doscientos dólares para asegurarme el trabajo. Exijo mi currículum de vuelta.

Por último, Condell. Hay un Audi estacionado afuera, pero nadie abre. No se ve un alma. Toco el timbre por última vez y finalmente me largo.

Y camino, ya no tengo más direcciones. Vago. I just don't know what to do with myself.

Reviso libros usados, miro a la gente, esquivo a las palomas. En Orange compro una entrada para la fiesta de Placebo en la Blondie este viernes. Live in Paris - Soul mates never die. Debería estar bueno. Pero de momento me siento demasiado perno, vestido formal con una gran L en mi frente. Siento que apenas entro a la tienda, toda la gente cool se va.

Llego al metro Tobalaba. Al Bibliometro. No está abierto todavía. Una señora está esperando, esperamos juntos. Hablamos. Resulta que ella es periodista también, fue compañera de curso de toda la actual plana directiva de mi escuela. No está muy contenta con el periodismo. Me dice que 'si mi situación económica me lo permite' me la juegue por obtener alguna beca. Le digo convencido que haré todo lo que esté de mi parte.

LLega la bibliotecaria, nos pide disculpas. Se vino en bicicleta del paradero 30 de Gran Avenida hasta Lo Ovalle. Y de ahí tomó el metro, claro. Me pregunto cuanto le pagarán en su trabajo. Este es un país muy mal pagado, dijo Katyna Huberman en Acoso Textual. Soledad Cabello (la periodista) me cuenta que es imposible sobrevivir con una sola pega, que hay que trabajar en varias partes. Me hace unos cuantos negros augurios para cuando tenga que mantener a mi mujer y a mis hijos. No le digo que no están en mis planes. Pienso que aún así, es sumamente injusto. me pregunto como nos bancamos este país.

Regreso a casa, mis suelas se acercan un poco más a la inexistencia. Estoy cansado, pero feliz. Neil Gaiman y Philip Pullman me acompañan. Me acuerdo de un chiste.

Un hombre cae de un edificio de cincuenta pisos; a medida va cayendo se repite a si mismo, para tranquilizarse: hasta aquí vamos bien, hasta aquí todo va bien...
...Pero lo importante, no es la caída, sino el aterrizaje.

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jueves, marzo 25, 2004

Casa revuelta


Aleluya!, encontré algo productivo que hacer con mi frei zeit. God saves the BBC!, encontré el paraíso de los filólogos y desde hoy empiezo un curso intensivo de alemán e italiano. Me muero de ganas de aprendes galés, chino y ruso. Pero creo que no soy tan buen malabarista como para aprender cinco idiomas a la vez. Me basta con saber que en chino madre, lino, caballo y jurar se dicen todas Ma, y que solo cambia la entonación. Mandarín dun dirun dan.

Es bueno encontrar actividades como esta, porque ya estaba cayendo bajo en esto del no hacer nada y esperar que alguno de los curriculum germine. Ayer, por ejemplo, terminé yendo al Mixhouse.

Fui con Ricardo, un estudiante de derecho al que conocí en un casting para un programa de concursos hace un par de semanas. Por alguna extraña razón parece que le caí muy bien a este chico, y me mandaba mensajes cada vez que nos encontrabamos en messenger. Descubrí que valoro la insistencia, y así fue como ayer quedamos en juntarnos para ir a este nuevo local con nombre de fiesta electrónica.

Digamos que si las discos gay fueran sitcoms, el Mixhouse sería un spin-off. O sea, es una casa convertida en laberinto oscuro. Como el del Bokhara, como el del Bunker. Como si en la casa fantasma de Fantasilandia hubieran monitores con videos porno gay. El concepto básicamente es ese.

Ahora, ¿por qué diablos un chico como yo va a un lugar como ese?
La primera vez que uno hace algo legal creo que se justifica por si sola. Se trata de recabar información. En mi caso particular, también pesa el buscar argumentos para mi blog de vida. Aunque es obvio que un sitio así está hecho para buscar sexo. una especie de Zona Franca Barrio Rojo Liquidación Ripley Gay. Tengo puntos de vista a favor y en contra que procedo a exponer:

Pro:
- Es una idea fabulosa para los gays no videntes. Hay que valorarlo entonces como un espacio vanguardista de integración a discapacitados.
- Tiende a haber un código de conducta muy civilizado, en un momento me pasó que entré a una pieza e interrumpí a una pareja en plena sesión. Uno de ellos salió cascando, y el otro se me tiró encima con fálicas intenciones. Bastó que le dijera, 'sorry amigo, pero no ando tan cachondo' para que me dejara en paz. Todo en buena. Ni yo lo podía creer.
- Proyectaban un video de Bel Ami, Lucky Lukas 3, para ser más exactos. Ya con eso sentí que la luca de la entrada había valido la pena. O sea, el video era bastante típico, no era tan bueno como me lo había imaginado. Pero los chicos están increíbles (mejoran en retrospectiva) y hace tiempo que quería ver algo de esa famosa productora.
- Y bueno, el cuento Cuarto Oscuro me gusta por su lado onírico, me gusta dar pasos en la oscuridad, me gusta que el tacto se convierta en el sentido guía.

Contra:
- La música. Lógico, un sitio como ese debería explotar la onda siniestra. Que sonara Angelo Badalamentti, Tricky, Portishead, Massive Attack. En cambio tenían puesto un house muy punchi punchi, muy poco misterioso, muy antifoca.
- El local está nuevo, y uno esperaría que todo funcionara bien. No fue el caso. Cuando entré descuidadamente a la pieza esa, antes de echárseme encima, el tipo que se quedó cerró la puerta. Y luego la puerta no se abría. Estuvimos encerrados unos treinta segundos antes que la puerta cediera. En serio, fue cómico por un lado, pero por otro... Jack el destripador anyone?
- No soy no vidente, me gusta la luz. Encuentro sospechoso el tener que ir a lo oscurito para entrar en confianza. Así de simple.

Como el local es todo oscuro, no es fácil saber que tan concurrido está. A menos claro que haya cola a la entrada. Con Ricardo nos paseamos, estiramos las piernas, estiramos las manos. Pero el sitio no es un motel, no hay una camita o alguna superficie cómoda donde tirarse, la verdad tampoco había mucha onda física entre nosotros así que terminamos por ir a la sala de videos.
El caso es que tal vez andaba algo tenso, y a veces cuando ando tenso me pongo parlanchín. Total que en un momento mientras veía a Lukas Ridgestone espiando a sus fucking (literalmente)amiguitos en una cabaña de los Cárpatos, me puse a comentar la película, y el género, dando pie a una especie de tertulia que se armó con los otros espectadores. Un actor cuarentón levemente amanerado pero bien simpático se entusiasmó hablando de la discriminación a los viejos y luego nos contó emocionado que había conocido a Juanito Yarur, en eso llegó un electricista araucano que nos contó de su vida de homosexual asumido (pero no amanerado) en comuna pobre. Dark Room Hola Andrea. Entonces entró un oficinista de traje y le pregunté si era el guardia, el oficinista se cortó, todos eran medios cortados, pero altiro soltaban la lengua y se armó un buen público de café concert. Era curioso esto de echar tallas y distender la atmósfera mientras en la pantalla (única luz de la casa en estado voluntario de apagón) todo era mete y saca y suck suck chuic slurp slurp.

Claro que al final me relajé tanto como Talk show host que perdí toda la excitación de la adrenalina. Di unas cuantas vueltas, me agarré a un par de tipos, pero no estaba con la mente en eso y me despedía cortésmente apenas escuchaba el sonido de una cremallera. Habían calculo unas diez personas, era temprano. Me empecé a aburrir. Entré a una pieza que tenía cortinas de arpillera negra a través de las cuales se podía ver la sala de videos. Habían unos tres tipos (en general todos eran entre veinte y cuarenta, contextura regular, todo muy regular) y parecían estar pajeándose. Yo me dije, bueno, al menos aquí están jugando a algo. Pero el sentido de comunidad se acabó rápido, un morochito maceteado se me apegó y me invitó a seguirlo a otra pieza y allá sóltó el yerko que llevaba dentro. Se sacó la polera, los jeans, y entró en estado mental de ardilla en celo. Estaba muy acelerado el compadre. Acabó en un santiamén. Pobre, deberías ver más videos porno, le dije, se supone que el asunto dura algo más que esto. Me dijo que tenía el kino acumulado. Se me ocurrieron muchas salidas ingeniosas para devolverle, pero me quedé callado. Le hice caso al electricista, que me aconsejó hablar menos si quería sintonizarme con la sordidez reglamentaria del local.

Al menos me preocupé de que el chorrito de esperma no me saltase encima. El mundo allá afuera no es a oscuras, y la ropa hay que cuidarla.
Claramente estoy en corral ajeno, pensé. Fui a buscar a Ricardo, quien en mitad de un atraque se había dado cuenta que conocía al tipo y que eran amigos del colegio o algo así. En la entrada pedí de vuelta el libro que andaba trayendo (El mundo como supermercado de Michel Houellebecq, recomendado por otro Ricardo, el pololo de la Maca. Nota mental: averiguar su fecha de cumpleaños. Cuando tenga plata me gustaría hacer buenos regalos a la buena gente de este mundo). En fin. El caso es que nos fuimos.

En el camino nos encontramos con mucha gente, en Monjitas justo pasaba una pareja de profesores que llevan como diez años juntos y si algún día terminaran me sentiría muy mal. Me contaron que ellos fueron a un lugar como el mixhouse en Ciudad de México. Y que los cuates no estaban nada mal, que el estereotipo azteca está bastante errado.

O sea. Tal vez así no más es. La monogamia no existe, mi amor. Mis resabios de moral católica se resisten a aceptarlo. Por otro lado pienso que el tener una moral es algo de por si inmoral, es admitir que el mal existe en nosotros mismos y pretender extirparlo. Ver al mundo y a nosotros mismos con ojos sucios, una ofensa al creador. ¿O estaré siendo megaingenuo? El mal, vaya que si es un tema interesante. No sé, puedo racionalizarlo mucho, pero aún así al final no creo que me sentiría cómodo si mis papás tuvieran una relación abierta.

Nos encontramos también en Lastarria con un amigo crítico de cine, me recomendó ver Dirty pretty things . El cine. Ahí si que me gusta que me toquen, me gusta salir de la sala y sentirme tocado, por las historias, las actuaciones, los decorados (suena cursi, pero es lo que hay). Mi cuarto oscuro predilecto es ese. I already knew that.

Una pregunta para finalizar. ¿Qué diría Carrie Bradshaw de los cuartos oscuros? ¿Qué pregunta teclearía en su PowerBook? ¿Buscamos encontrarnos? ¿Buscamos perdernos? ¿Que lección se supone que debemos extraer de la oscuridad?
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domingo, marzo 21, 2004

My first Sony


Estuve leyendo cosas que escribí cuando pendejo. Cuando aún tenía resabios de religiosidad y todo giraba en torno a perversiones, culpas y jugarretas del maligno. Cosas como lo que escribí al día siguiente de mi primera experiencia sexual completa. I had sex with the devil, fue lo que puse.

Uno podría asumir muchas cosas erróneas de aquel comentario. Siendo que se debe tan solo a que el chico con quien debuté era pelirrojo. Por eso os voy a relatar lo que en verdad pasó.

En tercera persona, a lo Coetzee.


Lo había citado en el blockbuster cercano a su casa. Era todo parte del plan. En caso de que no llegase a haber sexo, al menos quedaría el consuelo de ver la película. Lo importante era justificar el encuentro.

Al llegar al local el pelirrojo ya estaba ahí, su nombre era Harry. Un nombre dudoso, pero saber su verdadero nombre no le importaba en realidad. Lo había escogido a él porque sentía que le era atractivo, porque parecía no tener moral y porque no le intimidaba en absoluto. Tenía su misma edad, lo había conocido a través del latinchat, pero no era un novato en el vicio como él. Era el conejillo de indias ideal, le sería fácil despedirlo después de llevar a cabo el experimento.

El pelirrojo lo saludó efusivamente, y por un momento pensó que la operación no resultaría. Que no sería capaz de superar la repulsión. Él no era como él. Ciertamente eran distintos. Lo mismo que él no era como sus compañeros amanerados del colegio, sabía que habían muchas maneras de ser gay. Mientras buscaban alguna película que arrendar pensaba que tal vez no era homosexual, que las lecturas lo habían confundido, como una vez le advirtió su profesora de castellano. Mayor razón entonces para llevar a cabo lo que se había propuesto. Iba a tener sexo con el gordito pelirrojo y luego lo repugnante de esa imagen lo curaría de perversiones futuras. Era un método infalible, seguro.

Optaron por llevar Mi mundo privado, con River Phoenix y Keanu Reeves. Hace tiempo que deseaba ver esa película. Luego tomaron la locomoción y llegaron a su casa. Éstaba solo, sus padres le habían dejado a cargo de regar las plantas y alimentar al pez. Harry miraba al pez y miraba las fotos de la familia. A él no le parecía bien que se tomara tantas libertades.

Le ordenó que se desnudara. Harry lo miró incrédulo, pero luego obedeció. Con cada prenda que se quitaba parecía empequeñecer su dignidad. Tenía la carne sonrosada y rolliza como un cerdito. El vientre lleno de pecas. El rabo era como el rabo de un porcino, pequeño y algo ridículo. Pensó que no sería fácil cumplir su objetivo.

Siente sin embargo que su miembro está dispuesto, enhiesto, curioso. No hay atracción física, y por eso la reacción de su cuerpo le sorprende. Es como si bastase con saber que él es un hombre y que compartían las mismas perversiones para producir la excitación. Le pide que se quede ahí, que se siente en la alfombra del piso, mientras va a buscar el condón a su pieza.

La idea de lo que está haciendo le excita más que el hecho mismo. Le ordena que le ponga el preservativo. Se sorprende nuevamente de su voz, de ese tono autoritario que ha utilizado desde que se vieron en la plaza. Piensa que podría decir cualquier cosa con ese tono. Decirle que se ponga tacones de aguja, decirle que aullase, que le dijese lo atractivo y viril que lo encuentra. Se ríe de esas perversiones que intuye pero no posee. Le excita la humillación a que lo está sometiendo, pero más le excita saber que la excitación es compartida. Que este cerdito adolescente le desea y le tolera anhelante sus arranques sádicos. Y que le sostiene el miembro con la mano, y luego sin esperar órdenes se lo lleva a la boca. El condón te lo pongo después, le dice.

Hay que admitirlo, se siente bien. Aunque a la vez siente horror de lo que está haciendo. De lo abyecto de la felación. Recuerda los dibujos en los paraderos y los rayados en las micros. A fulano le gusta el p...., chúpame el p.... Se pregunta si quien escribe esos rayados habrá estado en la posición que él está ahora.

Pero no es para eso que ha traído a este muchacho a su casa. Le ordena que se detenga y que se ponga en cuclillas, no, no en cuclillas, ¿a horcajadas?. No recuerda el término exacto, pero Harry parece leerle la mente. Se pone de cuatro patas sobre la alfombra, mostrándole el culo. No es una imagen que él quiera atesorar. Más bien prefiere terminar luego con esto, ir a otra habitación y ver la película. Se imagina a River Phoenix como lo vio en La Costa Mosquito. Manejando la canoa de su padre, la seductora seriedad de su rostro. Recuerda también Cuenta conmigo y la laguna de las sanguijuelas. Esto que está haciendo le parece similar, hay cuerpos desnudos, pero no es sensual, piensa que es peligroso y reprobable. No es algo que le confesaría al padre Rubén, pero no tiene interés alguno en volver a confesarse.

La sanguijuela entra en la hendidura, ayudada de un poco de saliva. Él siente como su estómago se revuelve. Piensa que no hay diferencias, que todos los que hagan esto por primera vez deben sentir lo mismo. El experimento da resultado. Se puede follar a un hombre, no hay una imposibilidad física. si esto es contranatura ha de ser por el asco que lo domina y no porque haga daño. Le da unas palmadas. Harry parece disfrutarlo, pero él no quiere ponerse en su lugar, no quiere saber lo que el otro pueda estar sintiendo. Lo folla un rato más y luego retira su falo. En la punta hay un nugget de mierda. Harry lo mira avergonzado, su cara redonda roja, su culo blanco. el condón embadurnado de... Las tripas se le contraen, sale de ahí rumbo al baño. No vomita, pero ha estado cerca de hacerlo. Se arranca el condón y lo bota al papelero del baño, apenas pueda sacará la bolsa y la llevará lejos, lejos de su memoria.

Se mira al espejo del botiquín de remedios. Ha terminado. El asco se llevó consigo la erección. Pero su miembro se ve lozano, no parece avergonzado de nada. Agradece a Dios por los profilacticos. Piensa que todo el experimento ha sido absurdo, que las premisas eran incorrectas. Ha podido penetrar a un gordito pelirrojo sin orgullo que nunca le gustó ni un poco. Ha sido desagradable. Su primera vez ha sido desagradable. Eso ha sido todo. No es menos gay por tenerle asco a las fecas. Sabe que las mujeres tienen también otras sustancias, olores extraños, secreciones, menstruaciones. Prefiere no pensar en eso. Se observa al espejo y sabe que el deseo por otros hombres sigue ahí, intacto. El peligro no estaba en el sexo anal, que ya previamente había clasificado como asqueroso. El peligro estaba en los labios, en la voz, en las manos, la espalda, el pecho, las axilas que obsesionaban a Mishima, el cabello revuelto de Maurice en la novela de E.M.Forster. Los ángeles de sonrisa seductora seguirán acechándolo, con sus brazos firmes y torsos esbeltos y musculados. Un simple guiño de ojos almendrados seguirá siendo su perdición. Los fantasmas siguen ahí. Nada los ha espantado y ahora se siente irremediablemente estúpido.

Harry se ha vestido. Parece haber recuperado un poco de dignidad porque quiere irse. Lo convence de quedarse y juntos ven Mi mundo privado comiendo popcorn calentado en el microondas. Él le dice que se irá con su familia a California. Nunca más volverán a verse. Mejor así. La película le gusta, pero no puede esperar hasta que él gordito se va y vuelve a estar solo. Quiere purificarse. No sabe cómo hacerlo.


Al día siguiente me rapé, y después de eso arranqué el papel mural de mi pieza y la pinté de color índigo. Quería convertirme en un ermitaño y vivir en una caverna. Así de fuerte me afectó el tener sexo sin amor, sin atracción, sólo por probar que funcionaba. Todo por que me aprestaba a cumplir 18 años y no soprtaba mi falta de experiencia.

I had sex with the devil. Escribí esa frase pensando en el espisodio de la biblia en que Jesús arroja al mar al demonio, que se había hecho presente en unos cerdos. Junto con el de la higuera, ha de ser uno de los momentos más poco inspirados del supuesto Hijo de Dios. Lo cierto es que quien se había comportado con la frialdad de Satanás había sido yo. I had sex with the devil. Side by side. Supongo que era una manera de excusarme, de expresar que me había sentido poseído al cometer la aberración.

Durante un mes sentí que lo había jodido todo y que lo iba a seguir jodiendo indefectiblemente.

Y bueno, es fácil pensar que una fibra mía murió entonces. Que desde ese día renuncié finalmente a la santidad. Había roto con mi infancia, y frente a mi se extendía un páramo desierto. Tal vez sí había cumplido con mi objetivo después de todo.
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sábado, marzo 20, 2004

Equinoccio

Desde hoy el sol se aleja, y la noche se empieza a comer al día. Tal vez por eso mismo resulta que hoy hacen 33º, el sol es de esos invitados que no se van sin antes armar un buen escándalo.

Tenía pensado hacer varias cosas hoy, ir a Alonso de Córdova a lo de la Vendimia, ir a la feria de libros usados de Vitacura, ir a la celebración celta del equinoccio en Peñalolén. Pero hoy no me ha dado la gana salir solo, y tomar combinaciones de microbuses solo. Y de nuevo no es por miedo a la soledad, sino por la más perezosa de las perezas.

En cambio descubrí algunas cositas de html, (como se habrán dado cuenta), y me creo la muerte. Hice hartos cambios, agregué links a otros blogs, le llevo una palabra destacada por cada día y claro, alteré levemente el título.
Me creo la muerte. Es decir, me creo superior a todos los otros compromisos de mi agenda, me creo radical, me llevo a la reflexión y me debo tomarme (sic) un poco más en serio.

Estoy además gozando con Coetzee, el sudafricano nobel 2003, (el corrector automático jura que quiero escribir Cohetes) leo Boyhood, y me cuesta abandonar el libro. Les arrojo un extractillo:



El huye de las conversaciones educadas porque sus fórmulas: ‘¿Cómo estás?’,’¿Cómo te va en el colegio?’, le desconciertan. Como no sabe cuáles son las respuestas correctas, farfulla y tartamudea como un tonto. Sin embargo, al final no se avergüenza de su salvajismo, de su impaciencia ante la insípida jerga de las conversaciones educadas.

- ¿Es que no puedes ser simplemente normal? –le pregunta su madre.
- Odio a la gente normal – le responde acalorado.


Aprovecho de mandarle un saludo a Rob, mi almost boyfriend sudafricano. Grande Rob, seguro que le gusta Coetzee-Cohetes. Recuerdo cuando me hablaba en afrikáans, o alguna palabras en zulú. Xh, Xh. Rob que nació en Natal, en PieterMaritsburg. Que me regaló una botellita de Amarula, y me trajo Harry Potter 4. Que recorría el mundo buscando minas. Geógrafo taquillero. Que ganas de poder borrar póstumamente el almost y quedarme con un boyfriend sudafricano a secas. Sólo me faltaría su autorización, pero no se donde pueda estar. Taiwan?, Namibia?, así con los amores cosmopolitanos. Un besote para Rob.

Que se vaya el sol. Lo despediré viendo 31 minutos y/o Sex and the city. Escuchando a Michael Andrews, cantando ‘Mad world’, de la banda sonora de Donnie Darko, protagonizada por Jake Gyllenhaal, que estará en la próxima de Ang Lee, Brokeback Mountain, un proyecto que antes era de Gus Van Sant, de quien quiero ver Elephant, película del mismo nombre que el último disco de White stripes, un elefante también es el emblema del partido republicano gringo, y espero que este año el burrito demócrata le de a ese nauseabundo elefante una gran patada en el paquidérmico trasero y al fin Bye bye (Bye!) Bush.

Me creo la muerte, con equinoccio o sin él, estoy en mi propio cenit y aunque es cierto que no hago todo lo que tal vez debiera, al menos sé exactamente qué podría hacer si me animara. I know what I’m here for. Y vamos, que al menos por un rato, me parece más que suficiente.
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viernes, marzo 19, 2004

Losing (yet again) my religion

Tenía ganas de partir esta vez con una cita, de Los vagabundos del Dharma (en inglés la palabra es 'bums' que suena harto más peyorativa que vagabundo, vagabundo, de hecho, me parece un término bastante romantizado), pero me pareció que sería demasiado engrupido de mi parte.
Y que tanto, voy a partir con la famosa cita.
..y le conté de mis experiencias en trenes de carga o haciendo autostop o caminando por el bosque. Inmediatamente decidió que yo era un gran 'bodhisattva', lo que quiere decir 'gran criatura sabia' o 'gran ángel sabio', y que adornaba este mundo con mi sinceridad.

Tal vez ya estoy viejo para engrupirme con frases como aquella, y sentirme identificado y pensar que sí, que mi misión en el mundo es ser un bodhisattva sincero. Siempre leí esas típicas 'novelas marcadoras' (tipo Catcher in the rye, Demian o incluso El Señor de Los Anillos) antes de lo usual. Y es raro toparme con Kerouac ahora y sentir que da lo mismo tener quince o veinticinco años, el encanto es igual de efectivo.

Precisamente leyendo a Kerouac me topé con la sede central de los Baha’i en Chile. Hace un tiempo anduve investigando religiones, viendo si alguna valía la pena. Me gusta el concepto de secta, los ritos, las fiestas, las alegorías. Pero desde mi ruptura con el catolicismo no había sentido una verdadera necesidad de un sustituto. Luego claro, uno sale de la universidad y no hay pega y de pronto faltan referentes y fechas que marcar en la agenda. Tal vez una religión exótica es lo que necesito.

La fe Baha’i es la más joven del planeta (dicen ellos), y está inspirada por el último profeta de la serie Moisés, Jesús, Mahoma, un tal Baha’u’llah que nació en Persia en el siglo XIX. Los Baha’i pregonan la unidad de la especie humana, la paz, el entendimiento, el amor, puras cosas bonitas. Y sus 7 templos son una maravilla, el de Delhi tiene la forma de una gigantesca flor de loto. En Chile se va a construir el octavo el año 2005. El Templo Madre de Sudamérica.


Me gusta de los Baha’i el que se sientan modernillos, y que incorporen enseñanzas de todas las religiones, un poco como los cadoístas de Vietnam. Además le dan mucha importancia a la ciencia, uno de sus axiomas es que la fe y la ciencia no pueden estar en oposición.

Así con los Baha’i, en la sede me llenaron de folletos y me dejaron invitado para charlas y fiestas (el año nuevoi Baha’i que sería este sábado, día del equinoccio), y yo quedé en pensarlo. Yo el gran bodhisattva iba a encontrar la luz de la nueva era, y tal vez encontrara pega también, ojeando el diario Jardín Baha’i era fácil darse cuenta que podría mejorar bastante.

El caso es que me fui a donde tenía que ir, a juntarme con la Maca en casa de un periodista coleccionador de boletos de micro. El personaje en cuestión era fabuloso, de la misma edad casi mis padres. Mi padre en versión no zombie, con gustos personales, con conciencia histórica, con recuerdos, con temas de conversación, con las paredes atiborradas de memoria.

De vuelta acompañé a la Maca en micro hasta su casa, y nos despedimos a medianoche. Ella me dijo 'No te pierdas', que se ha convertido en el nuevo saludo de moda que usa la gente para despedirse de mi y enrostrarme mi karma.

Vamos, que ya estoy bastante perdido. Es cierto que no estoy adicto a ninguna droga ilegal, que no tengo problemas con la ley y nadie me persigue para matarme. Pero honestamente, nunca había estado más perdido en mi vida. Así que le dije a la Maca que más perdido no creo que llegue a estar, y que por eso mi tema ahora es encontrarme.

Encontrame en alguna religión, en algún escritor inspiracional, en algún modelo de vida. Todo gira en torno a eso. Incluso mi reciente interés por descubrir alguna sociedad gay de orgías secretas va por ese lado. Quiero lo mismo que Jim Carrey en The Truman Show, llegar a ese lugar en el que cuelga la cortina que divide lo verdadero de lo falso. Dejar de ser un personaje, convertirme en persona. Descubrir la gran mentira y deducir la gran verdad. Salir a flote de la hipocresía. Escapar de la caverna famosa.

Y no obstante no dejo de pensar que decir 'Yo soy tan grandioso, soy un gran bodhisattva', como Kerouac, es sólo pajearse el propio dañado ego. Y que eso es el motor de la mayoría de las religiones. La gente sigue una fe no movidos por el amor sino por el miedo. El miedo a la muerte, a estar solos, a no entender el sentido de la vida.

Y bueno, no es mi caso.

Al menos no todavía, no tengo necesidad alguna de una religión. Investigué a los Baha’i y descubrí que son tan homofóbicos como el Papa. De hecho se les critica que es el único punto en que hacen excepción a su axioma ese de la ciencia en concordancia con la fe. Gays bienvenidos, no los discriminamos. Pero el sexo entre hombres sigue siendo una aberración. Baha’ianse a la cresta.

Ahora supongo que me queda sólo ser episcopaliano, o tal vez Wiccan. No se que opinarán los brujos del tema. Se viene el equinoccio y en la comunidad ecológica de Peñalolén parece que celebran los fuegos de Beltane. Religiones exóticas que te ofrezcan un nuevo comienzo nunca faltan, es bueno saber eso.
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sábado, marzo 13, 2004

Atocha

Doppelgänger tiene una palabra equivalente en español: Sosias.

Y mi sosias ha vuelto a escribir, y vaya que bien lo hace!

Que gusto me da el no haberme reunido con él, que gusto y que disgusto, ahora sí quiero hacerlo, pero a la vez quiero seguir leyendo lo que escribe desde la privilegiada posición del espía hacker. Disyuntiva de disyuntivas.

Doppelgänger se llama también un tema de los electrodaneses Koxbox. Un tema que dura catorce minutos y pico y que me sirve de compañía mientras tecleo la columna del día de hoy.

Siento como un imperativo que debo decir algo sobre Atocha. Ayer vi en TVE a los millones de españolitos debajo de sus paraguas y me dieron ganas de estar ahí. Embotellado y empapado, asediado por las puntas de los rayos de los paraguas, por la lluvia y por el miedo a secas. De alguna manera sentí que si estaba allí.

Luego esta mañana en las noticias, la cámara muestra a un hombre mayor que observa desde la vereda el forado que dejó la bomba en uno de los trenes. Es un espectáculo demasiado horrendo para él, tanto que no se resiste y empieza a gritar, a quien lo oiga, a nadie en particular, “ASESINOS!, HIJOS DE PUTA”

Sólo ahora me percato del despropósito, esa manía machista de los insultos. No conozco a ningún hijo de prostituta, pero no creo que esa circunstancia lo convierta en el tipo de criminal responsable por el 11 de marzo. Es un grito irracional, claro. Pero tanta irracionalidad me molesta. Porque los ataques terroristas son todo menos irracionales, ayer también Carlos Zárate decía que eran claro reflejo de una conducta inhumana y animal. Pues bien, newsflash for you, los animales no cometen atentados terroristas. Eso es exclusividad humana, la patente ya está registrada al nombre de bípedo más evolucionado.

Todo es horrible, todo suena a vacío, todo es cliché. Pero tenía que escribir sobre esto. Y tenía que escribir este poco para darme cuenta que tampoco quiero escribir más. La canción termina, y los dejo a vosotros (y a mi sosias, y a los miles de sosias y en verdad a quien sea que esté por ahí) con su ominosa majestad…

..El Silencio.




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jueves, marzo 11, 2004

Una para patentar

Leyendo una novela de Alain de Botton se me ocurrió otra súper idea.

Aunque lo cierto es que la idea ya la tenía de antes, el encontrármela en la novela fue más bien un argumento para darle más consideración.

Está claro que no la llevaré a cabo, not any time soon at least, porque me he convertido en un perezoso. Pero al menos siento que si escribo de ella ya he dado un paso adelante.

Voy a convertirme en biógrafo, en biógrafo popular. Voy a recorrer los asilos de ancianos y las camillas con enfermos terminales y ofrecerles la oportunidad de hacerles un regalo a sus descendientes. El mejor regalo que puede usted hacer a su nietos: regáleles su experiencia de vida. Regáleles un pasado.

Es una idea estupenda porque comprende muchas de mis motivaciones. Me permitiría ganarme la vida escribiendo, y haciendo un servicio a los demás. Sería un trabajo free lance, no tendría por qué usar corbata. A la vez adquiriría un entrenamiento espectacular para después dedicarme a biógrafo de celebridades, o de figuras históricas. Un biógrafo puede trabajar en cualquier parte del mundo, y hacer la vida que quiera. Escribiendo biografías lograría además escapar de la tiranía de mi yo, escuchando los dramas de los demás dejaría de inventarme problemas propios.

La partida sería con viejitos moribundos, esos que deliran y que se quejan de que nadie les hace caso. Cobraría cien lucas por biografía, o un precio estándar por cada página. Me parece un precio más que justo.

Mi vida entonces se desarrolaría así, pondría avisos en los paneles de los supermercados y recorrería asilos y hospitales. Contactaría a unos 3 viejitos por semana. Al principio utilizaría grabadora, aunque lo ideal sería no tener que descasetear, que me da demasiada lata, y desarrollar un buen método de apuntes taquigráficos.

El producto final que entregaría sería un librito impreso, con cargo extra por copias. Con opción futura de incluir fotografías.

Genial, no?

Y entonces, por qué diablos tengo la certeza de que no lo llevaré a cabo?

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viernes, marzo 05, 2004

Barroquejon wants to kill himself

Hoy ha sido uno de esos días que puestos en fila conducen inexorablemente al suicidio.

A no ser que uno sea una dueña de casa zen como mi madre, claro está. No quiero seguir sus pasos, pero los sigo. Y ahora estoy igual que ella, jugando a ser Sylvia Plath.

Tal vez sea que he puesto mi disco con lo mejor de Radiohead, que me hace hacer este tipo de asociaciones.

Como sea, ha sido un día de lo peor, pero tan peor que ni siquiera me ofrece motivos concretos de los cuales quejarme.

A lo más me ofrece metáforas bizarras, como el hecho que hoy tuve que comer porotos, porque la lasagna que pensaba servirme ya se echó a perder y terminó en la basura. Todo tiene su tiempo. No alarms and no surprises.

En la mañana estuve diré tres horas jugando al solitario Spider, ya sin importar si ganaba o no, jugaba sabiendo que me hacía daño en cierto modo, buscando precisamente aquel daño.

Traté de leer La chartreuse de Parma , pero me aburrí de deglutir ese francés del siglo XIX y volví al computador.

Chateé con un pakistaní (o paki), de 22 años que estaba en Dubai. Es el tercer musulmán que conozco. Aburrido el musulmán. Mucho mejor era Simon Islam, amigo de la era napster, que había sido compañero de curso de Sarah Michelle Gellar. Que escuchaba Wu Tang Clan y quería convencerme que ser gay era malo porque el Profeta así lo decía.

Buenos tiempos aquellos, los de la era napster. Con Francisca nos instalábamos desde temprano en la sala de computadores de periodismo, y le poníamos música, eramos unos DJs de lo mejor. Hasta que claro, los discos duros empezaron a colapsar y tuvimos que ser más piolas con nuestras descargas.

Anoche me desperté de manera súbita, con esa seguridad de que no sería capaz de volver a dormir hasta que amaneciera. Después de diez minutos de intentos fallidos de combatir el insomnio me decidí a ver la hora para calcular cuanto tiempo me faltaba antes de amanecer. Los ojos me ardían. Eran las 1:30.

No fue tan malo tampoco, agarré un episodio de Buffy que no había visto. Uno en que Willow regresa arrepentida y dudosa, cree que nadie volverá a confiar en ella. Y de alguna manera eso gatilla un hechizo que hace que en realidad nadie la vea. Todo es muy triste hasta que un Gnarl le empieza a desollar el vientre y llega Buffy y la salvan.

Pero miento, eso no fue anoche, fue la noche de ayer, ayer no fue un día tan malo, gracias en parte a eso.

Rodrigo me envía unos pilotos para que se los comente, pero no teng ola clave del Final Draft y no puedo hacer nada. Rodrigo me manda a visitar un sitio porno gay con modelos straights amateur y eso marca el momento más destacado de todo el día.

En la tarde, quiero salir, salir y flirtear con extraños. Pero al final decido no hacerlo, mi pie izquierdo, o más precisamente, la uña del pulgar me molesta. Me reventé el pie saltando una ladera y luego me reventé la bolsa de sangre bajo la uña y ahora es todo pus y la uña la voy a perder, y es todo demasiado asqueroso y tengo que airear la uña y eso quiere decir que ir al sauna es una mala idea, e ir a cualquier parte no es tan bueno tampoco.

Suena Black star de Radiohead. Me mata esta canción, en el mejor de los sentidos.

Entonces no salgo, me quedo, veo Acoso textual como cualquier animador de TV cesante. Pero me siento como el ajo y el ver las maravillas que hace Sarmi con Premiere y Flash me afecta. El tipo es demasiado talentoso, no me debería comparar con él. Pero lo hago, y me jode, y pienso que nunca nadie me va dar un trabajo. Y Pienso que apesta tener que pedir trabajo, que lo que yo quiero es ofrecer trabajo. Y que aún así nobody gives a shit.

Perdido en mi habitación. Busco en la casa alguna pastilla. No, en serio, quiero algo que me intoxique. Radiohead suena I'm not a vegetable, I will not control myself

No hay nada, no queda más cerveza, no quiero whisky esta vez. Abro un paquete de leche condensada y empiezo a succionar del tarro. Quiero que mi hígado sufra, que se reviente, que tenga que mear desde una bolsita y así, así pueda lograr que alguien entienda por qué he metido la cabeza dentro del horno.

La leche condensada me satura, necesito pan. El almidón se fornica a la glucosa y ya estoy fuera de peligro. Lo siento, no quise herir la sensibilidad de ningún diabético. Amigos, en verdad I'm sorry.

Pero es un día de esos, y todo lo que veo en TV está mal, y los minutos se arrastran y maldigo y maldigo y no paro de maldecir. El monólogo de Edward Norton frente al espejo. Fuck You! Fuck me!, si, fuck me!

Soy escoria. Mi posición es condenadamente aventajada. Soy joven, relativamente guapo, tengo un título, una familia, libertad. Got the life. I just don't get it.

Millones de personas cambiarían suertes conmigo y llevarían en adelante vidas plenas de satisfacción, vidas estupendas, originales, apabullantes, gloriosas.

Mi pulgar izquierdo me mira y se avergüenza de mi. El pulgar de Stephen Hawkins me mira y quiere vomitarme encima. Me pregunto si los pulgares de los pies se llaman pulgares también. No lo creo.

Ya está hecho, he convertido mi abulia suicida en inspiración. No he escrito ninguna maravilla, pero ya me siento mejor. He descargado mi vejiga sobre todos ustedes.

Pero todavía no siento ninguna diferencia.

Suena Let down, en este momento mi compilado de Radiohead hace su efecto, mi depresión larvada se pone cebolla, y eso me permite tomármela con humor, salir un poco de mi cabeza y pensar en otra cosa.

Pienso en heterosexuales calzándose dildos en el trasero. Pienso en el lema de Hippie "El mundo está cambiando". Pienso ver Proyecto 48 en TNT. Pienso que me voy a conseguir una vida propia, que dejare que parecer fantasma de The Others. Pienso que lo haré, que escaparé de este lugar, que haré mil cosas, y que después volveré y leeré esto, y me sentiré identificado. Nada cambiará mi mundo, es mejor irse acostumbrando no más, a la pus, la bilis y la orina, y demases cosas amarillentas. Pienso en escribir algo que me escandalice y me ofenda a mi mismo, algo tan horrendo que me haga decir basta. Pienso que no tiene caso. No en un día como este.
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