Image Hosted by ImageShack.usDreamer, you know you are a dreamer (Supertramp)

lunes, diciembre 29, 2003

Por fin me lo saqué del sistema, estaba atascado con el relato de la fiesta y bueno, ahora ya quedó atrás, y the show must go on.
La pregunta que debería hacerme cada día es qué he hecho con mi tiempo para convertirme en un ciudadano decente que paga impuestos con el sudor en las mangas y cuellos de mis camisas.
Hoy no conseguí ningún trabajo. En cambio leí "Estupidos hombres blancos" de Michael Moore, con lo cual me siento bastante izquierdoso y veo conspiraciones en todas partes. Además vi el documental "A decade under the influence", sobre el cine gringo de los 70's. Una época de películas atrevidas y originales, libertad creativa y temas polémicos abordados con osadía. Fabulosas películas que dificilmente se pueden ver ahora, ni siquiera en el cable. Tras leer a Michael Moore por supuesto que maldigo a Rupert Murdoch y asumo la existencia de una lista negra de películas que no desean que veamos. Recuerdo cuando visité la oficina de Metrópolis en Macul y vi a los empleados etiquetando las películas "espinosas" para no pasarlas. Pienso en eso mientras anoto las películas que la revista de VTR anuncia para enero. Hay algunas cosas buenas. Háganme caso y vean:

- Guerra de Canudos (Lun 5 22:00 CMX)
- The Laramie Project (Lun 5 22:00 HBO)
- Balseros (Mie 7 16:00 HBO)

Y podrán compartir un poco de mi encantadora vida de perfecto cesante ilustrado.

Soy un periodista chileno gay. Tres cosas que por separado en algún momento de la vida son motivo de burla. Juntas las tres el chiste es más elaborado, pero igual funciona. Lo cierto es que las tres palabras son limitantes, y conllevan prejuicios, y pesan su buen poco. Casi diría por partes iguales. Mi objetivo es aprender a llevarlas con orgullo, sin por eso dejar de reirme de ellas. Empieza la semana, termina el año. Me gusta mi vida, me da la impresión de ser tan...imprevisible. Y por eso mismo, por lo imprevisible que es, nunca pasa gran cosa. Ain't that funny?
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domingo, diciembre 28, 2003

(Van nombres cambiados en esta entrega. Aunque no me convence mucho, que quieren que les diga)

La fiesta. Qué cómo está la fiesta?. El descaro tuyo en preguntar, pregunta menos y vente pronto. El local es magnífico, sabías que aquí filmaron la escena de Los Debutantes, la del estriptís con espuma?. La música podría ser mejor, los baños tienen mucha onda eso sí, le llevan una C y una S, de Caballeros y Señoritas. O de Curados y Sobrios. O de Casados y Solteros. Imagina que acá las Señoritas antes venían con plumas porque esto era un cabaret, y te podís meter tras bambalinas. Falta gente eso sí, vénganse no más.

(Una hora y media antes) Camino por calle Extravanganza rumbo al loft del famoso chef pololo de la Eloísa. La Elo me dijo que tomase un taxi, que el camino es peligroso de noche y me pueden cogotear. Yo pensé que eso sería emocionante y no le hice caso. Resultado? Me atropelló un auto de juguete manejado por un párvulo que me dijo hola con voz de teletubbie. Un camino plagado de delincuencia urbana, claramente.

No responden, no hay timbre, no hay remedio. Estoy varado en la esquina de rue Extravaganza con rue Abandono, lamentando no tener minutos en el celular.
No quiero pasar mi fiesta de titulación aquí, abandonado en mi extravagancia. Sin la esperanza por compañía, en fin.

No es que me acompleje llegar a la fiesta solo, no es como cuando cumplí 25 y de súbito rompí lagrimales en clase de Derecho al lado de la Maida, cuando caché lo que significaba cumplir un cuarto de siglo sin haber hecho una mísera conexión romántica mutua con algún otro homo sapiens de este planeta. Fue un milisegundo de debilidad. Ahora eso ya no me importa. Sospecho de las conexiones románticas y me he asegurado en cambio una buena cantidad de conexiones estrictamente no platónicas con homo sapiens de todas partes del globo. Para conexiones románticas sintonizo la radio Horizonte.

Romanticismo my ass, lo que quiero esta noche es algo más simple, un poquito de distracción en compañía de mis ahora colegas. Los amigos con quienes pude conversar, que me hicieron recuperar la esperanza en la especie humana, con los que compartí ideales e ironías, los que en definitiva justificaron toda mi experiencia per.puc.cl;
Quiero bailar canciones tontas, hacerme el tonto, tontear de lo lindo con tontos lindos, sentirme un tonto lindo rodeado de gente linda y al menos por esta noche hacernos todos los tontos y celebrar inducidos por el alcohol que somos todos los mejores amigos para siempre jamás. Amén.

Partimos bien, mis credenciales de tonto están al día. Pasada media hora descubro que el loft no estaba en la esquina, sino que al lado y hago zumbar el citófono y me da la pasada. Entro, soy el primero en llegar, as usual, me sirven una piscola, jugamos pool, suenan los Bunkers, se está bien aquí. Llegan pronto Sammy, Magda, René, Maida y Seba. Sammy viene sin pololo, los únicos que idealizan las relaciones son los que no están en ellas, evidentemente.

Y partimos a la fiesta, no cabemos todos en el auto de la Maida. Sammy decide que los maracos se van con la Eloísa en taxi. Ella critica el comentario autodenigrante. Yo me río y los sigo junto con el amigo chef. Nada como invertirle el sentido al hate speech. Fo' shizzle my nizzle.

La fiesta es en el Tap Room. Bonito el Tap Room. Medio Lyncheano. El tipo de lugar donde sólo se ve a los demás detrás de una cortina de humo, alcohol y luces bajas. A seedy place.

Comparto una mesa con Quilicura y su polola la Jacinta. Ambos me buscan modos de salir del desempleo, escucho palabras sensatas. Lo peor que te puede pasar es cuando empiezas a dudar de ti mismo, me dice Quili. Olvídate de los CV, las pegas salen de los amigos. Fuiste a las productoras?, necesitan guionistas, no has pensado ser guionista?

Aprovecho este párrafo para agradecer a Quili el bloqueo mental que me impidió escribir por 2 semanas. Ser guionista no estaría mal, pero de momento la sola idea de que este blog pudiera tener una funcionalidad concreta me anduvo paralizando.

Llega gente, mucha gente. A veces me paro para dar un abrazo, otras basta con extender la mano y sonreír. Quili me cuenta que su generación de periodistas era muy distinta a la mía, que a lo s que veníamos de bachillerato nos veían como unos cuicos reaccionarios. Instintivamente, yo cambié de generación en busca de conversaciones inteligentes. Ahora Quili me dice que hice bien porque eran todos homofóbicos en mi generación. Me da nombres y yo me sorprendo. Jamás lo habría dicho. Que va!, tal vez en la mesa de al lado dicen lo mismo de mi, que soy un reaccionario trancado. Es un poco tarde ya para conocernos, en todo caso.

Es tarde ya para varias cosas. Lo que corresponde ahora es beber y bailar. Me auspicio unas cervezas y unas piscolas. El verbo no es claro, la situación tampoco. Mi memoria me remite a un momento cumbre, animados por un descuido del DJ, la música de repente nos engancha y junto a la Magda subimos a la tarima y se nos unen Sammy, René, la Elo, la Maida, el Rusty y la Marcela. El espíritu de la Mila nos acompaña sin duda. Bailar en la tarima está perfecto. Compenetrados sería la palabra. Concientes de la lesera. Gozándola. Nos une esa actitud, de sentirnos diferentes, únicos, jóvenes y guapos, con derecho a un escenario propio y con ganas de bailar. Me siento luminoso y empiezo a subir chiquillas a la tarima, la Mane, la Nika, la Lucha. El momento glorioso dura hasta que el fucking DJ nos lanza una sopa de caracol o un el general o un axé. Maldito intento de emboscada. Bajamos de la tarima disimuladamente.

Da igual, de momento circulo por todas partes saludando gente sin importar si los conozco o no. Con la Lucha vamos a putear al DJ y se nos une un desconocido barbudo, juntos los 3 le pedimos algo más rockero y el subnormal pone Bon Jovi. Tal vez nos ve cara de viejos. La última vez que bailé "Bad medicine" estaba en sexto básico. Temo que si le pedimos electroclash nos lance "Ilarié".

Pero mi ánimo es invencible a esta hora. Bailo con una de las amigas de la Sofía y echamos a andar un trencito. O un túnel. El caso es que quedo agotado, voy a comprarme una chela y me topo con Juan Carlos Rivadeneira.

Hola Poh. Hola. Tu me caí rebien, hueón. Voh igual. Donde queda el baño? Por allá, la C y la S. Ejem. Oye conversemos poh. Ejem. Ejem. Que, querís que te siga al baño? Ejem. Ve tú no más, yo te espero.

Y espero, intrigado por la química y por el bizarro intercambio de palabras. En eso llega la Xime con su hermana y el pololo de la hermana. Me raptan, pero alcanzo a ver a Rivadeneira salir del baño directo a la pista, sin mirar a donde yo estaba antes.

En la mesa de la Xime rabían porque la fiesta no fue en su restorán. Les habría salido más barato, me reta la Xime. Los aperitivos eran gratis y había más variedad de tragos. Tarde también para eso, le digo. Ven Michu michu no te echés pa' atrás. La llevo a la pista de baile y seguimos agitando las presas. No les dije?, estoy poseso. Denme otro trago y hago las coreografías de Rojo. Por qué no viene a esta fiesta Christián Ocaranza?

Quien si viene es Mario, Mario Brodsky, Mario Brother. Vestido con una gabardina Matrix. Al menos así lo veo. Que bien que al menos uno de mis invitados venga. Dejo a la Xime que me hace un puchero y procedo a saludar a mi compadre.

El señorito no quiere bailar, no parece entender que el baile es subversivo y contracultural y queseyó. Al menos se raja con un trago. Le muestro las dependencias de la fiestoca. Conoce a una de las amigas de la Sofía. Todo bien, lo dejo con ella y vuelvo a bailar, pero ya no me quedan tantas pilas. He estado despilfarrando buena onda sin reales fondos base, he sido un especulador de la fiesta, me dirijo a las mesas cuando me choco con Juan Carlos. Cocido y rostizado. Me abraza y me dice “Tu sabís que yo juego para tu equipo todo el rato, no?”

La verdad es que no, no lo sabía. No tenía la menor idea.

Le respondí algo torpe, algo como que la selección se beneficiaba grandemente de su incorporación y que este año de seguro ganábamos el campeonato. Le dije que lo admiraba como jugador y el me respondió que pensaba lo mismo de mi. Luego siguió rumbo a la pista y yo crucé miradas con Mario Brother. Una mirada que decía: Aló?

Sentados ahora los dos reflexionando sobre esa gente que nunca uno acaba de conocer. JuanCa baila con Sofía y Mario me comenta lo atractivo que es su rostro según los conceptos estéticos de la antigua China. JuanCa?, No lo puedo creer, es como si me dijeran que Robbie Williams es gay. No, eso creo que si me lo dijeron. Se escucha cada huevada sobre las aficiones sexuales de la gente famosa. Eso que pasó recién, fue una confesión?. Es posible que recién en el último evento de mi vida universitaria alguien se anime a salir de closet frente mío?

Bueno, estuvo Sammy, pero eso fue urdido por la Mila. Y estuvo Fermín, amanerado a decir basta, a quien confronté hasta que me confesó estar indeciso. Pero decantándose hacia ser numerario del Opus.

Vuelvo a la pista y bailo con alguna chica al lado de Rivadeneira. Un compañero de su generación me mira raro, pruebo el lenguaje ocular para sacarle algo. Puede ser, todo puede ser. Pero es la hora de la noche en que nadie recuerda nada, ni yo mismo recuerdo los detalles. Tengo una laguna que desemboca en un urinal. El alcohol se aleja de mi organismo tal como los invitados se alejan de la fiesta. Con Mario decidimos hacer abandono también.

Corte al Prosit de Plaza Italia, he pedido una piña en rodajas. Rica la piña, fresquita. Ahora sí que se acabó, no hay más universidad hasta la reunión de ex alumnos en 10 o 20 años más. Ni siquiera me planteo proyectarme hasta entonces. Me activaría la resaca.

Terminó, la experiencia colectiva, el comulgar de las almas con intereses comunes. El idealismo juvenil, la irresponsabilidad, las pruebas con nota, los grupos de estudio. Lo que se nos viene a todos es una nube radiactiva que nos dividirá en exitosos y fracasados, con plata y si ni uno, los que tienen pega y los que dan pena. Se acabó el tiempo, las vacaciones, las conversaciones en el pasto, los pitos en el patio. Son muchas cosas las que se acaban y por eso mismo me demoro en comerme la piña.

Mario en cambio me parece que nunca idealizó el cuento tanto como yo, está vacunado y más encima le está yendo bien. Está en la subida de la montaña rusa. Yo estoy en el Tagadá y por alguna extraña razón lo veo todo en cámara lenta.

Is that all there is? Is that all there is? If that’s all there is my friends, then let’s keep dancing. Así, bailando, nos terminamos por perder todos de vista.
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martes, diciembre 16, 2003

Abro los ojos. Hay luz. Miro el reloj, son las seis y media de la mañana. Mi reloj biológico es realmente detestable.
Y pienso, ¿qué necesidad?, para qué despertarme tan temprano. No me esperan en ninguna parte. No tengo nada que hacer. Pero es un caso perdido, no puedo volver a dormir. No con el cuarto entero inundado de luz. Son las seis y media de la mañana.

Ni acostarme muy tarde, ni cerrar bien las cortinas, últimamente nada da resultado. El antifaz negro que Tomás, mi amigo sobrecargo de Iberia, me regaló la última vez que pasó por Santiago solía ser un buen antídoto, pero ya no me funciona, y no sé por qué. ¡Tener los párpados oscuros de un nubio, y poder dormir incluso al mediodía!

I don’t sleep, I dream. Tal vez esa sea la respuesta. Con la salida del sol mis sueños se acaban, y si no puedo reiniciarlos no tiene sentido volver a dormir. Dormir por dormir, suena muy atractivo, pero simplemente no me resulta.

Como escribir por escribir. Parece fácil hasta que de repente haces crisis y se vuelve casi imposible. Maipú me dijo que había futuro en ser guionista, y eso me paralizó más. Os prometo escribir mejor, olvidarme de los dioses del olimpo y demases cursilerías. A promise is a promise.

Al menos hoy sí tengo una actividad planeada. Situación excepcional. Me toca guiar a los niños del curso de mi hermano en una breve excursión precordillerana, la idea es cansarlos para que después se porten bien en la piscina. Es fin de año escolar para el 6ºA.

Sexto básico parece ser el año de las niñitas crecidas y maduras que juzgan mal a sus compañeros bajitos y traviesos. Pero llegan todos corriendo al pasto, sin distinción de madurez aparente, los amigos de mi hermano me saludan, el único que de hecho intenta ignorar mi presencia es mi hermano chico. Él es el más chiquito del grupo, amigo de todos pese a ser extremadamente gruñón, no sé como lo logra.

El lugar está muy bien, la piscina del hospital de carabineros está al final de un camino señalizado por un cartel que alerta “Prohibida la entrada”. Se aprende una interesante lección al hacer caso omiso del aviso y encontrarse con una linda piscina rodeada de árboles que según dicen se llena con agua termal de vertiente.

“Ya”, les digo. Dudoso de poder capturar su atención. A esta edad saben bien divertirse sin ayuda. Las niñitas coquetas se están aplicando protector solar y mi hermano ha desplegado el tablero de Ataque colocando fichas sobre territorios llamados Dudinka, Aral, Tomsk, Tchita o Mackensie. Una pandilla de cinco se fue a jugar una pichanga, el sexto jugador los sigue rezagado. “Ya, quien quiere subir al cerro?”

Supongo que me falta convicción, así que aplico una estrategia de márketing más elaborada. “Me dijeron los pacos que hay zorros en el cerro, ¿Quien quiere ir a ver los zorros?”

Bingo, las fichas del Ataque quedan abandonadas y una tropita de generales se alista para invadir el cerro.
“A mi me dan miedo los zorros”, dice una niñita con lentes a mi espalda.
“Los zorros le tienen miedo a los humanos también”, y un par de niñitas más me presta atención. Un niño flaquito me pregunta si podemos cazar al zorro.

Estoy terminando de leer Harry Potter 5, y tal vez por eso conecto rápido con estos chiquillos. Son únicos e individuales, pero a la vez me recuerdan a los niñitos de Carrusel, a los niños perdidos de Peter Pan y a los del Señor de las Moscas. Una excursión es un tema muy literario. La idea del viaje, el cambio, el aprendizaje. Lo estoy pasando muy bien. Tal vez al fin pueda escribir una columna que no tenga que ver con sexo gay ni con periodistas desempleados rezongones.

Les digo a los 12 exploradores que se formen en fila y se numeren. Necesito saber al menos cuantos son. El número 3 alega que él es Área 51. Se llama José Tomás y es amigo de mi hermano. Hay unos cinco o seis que vienen seguido a casa a jugar Age of Mythology o Mitos y Leyendas. Este jura que vamos a encontrar extraterrestres en el cerro.

Partimos. Les cuento de eucaliptos inmigrantes y espinos indígenas. El camino bordea una quebrada y al otro lado de ella se pueden ver casas grandes y coloridas. Un papagayo rojo intenso nos saluda a través de la malla que le impide regresar al Panamá.

Imposible mantenerlos a todos juntos, imposible además seguir el ritmo de la vanguardia a cargo de Area 51. La misión de grupo de avanzada es avistar un zorro, así que corren en silencio y medio agachados lejos de las niñas que no se han quedado calladas desde que partimos. Nosotros (las cuatro niñas, dos niños y yo) tenemos que avistar un conejo.

“Tío, mire” Dice una de ellas, y me muestra un pichoncito bebé cubierto de hormigas. “Está muerto?”
“Confiemos en que lo esté” le respondo. “No debe ser muy agradable que te coman las hormigas”. La niñita me mira y mueve la cabeza en señal de estar de acuerdo.

Admito que me muero de ganas de estar con los cazadores de zorros. Veo a mi hermano trotando a la distancia. Pero las niñitas no pueden ir tan rápido. Hay una, la más callada, que sólo lleva sandalias. No trajo zapatillas, pero se empecinó en venir y yo le dije que bueno. Admiro mucho a esta niñita, que va adelante mío, mientras otras dos me cuentan al mismo tiempo de sus vacaciones en la playa y sus mascotas muertas.
Hans y Javier integran también el grupo de los conejeros. Uno lleva un frasco donde pretende atrapar una araña pollito, el otro lleva una cámara fotográfica colgada al cuello que parece le pesara bastante. Más atrás, pero muy atrás, nos siguen mi madre y otro par de niñitas a un paso ridículamente lento. Nos apuramos para que no nos pidan que les esperemos.

En eso vemos al conejo. Cae al otro lado de la quebrada, tras él un galón de pintura oxidado lo sigue con gran estrépito. El conejo se salva por un pelo de conejo y nosotros miramos con furia a los albañiles que botan sus desechos justo en frente. Los zorreros no han tenido tanta suerte. Nos apuramos porque o sino se alejan demasiado.

Los niños se han detenido. El camino lo corta un canal, el agua corre lento y no me parece peligroso. Pero los cazadores de zorros no se atreven a saltar. Pienso que cualquier guía mujer les diría que hasta acá no más llegan. Me subleva esa idea. Salto al agua y ayudo a cruzar a cada uno de los niños. Mis zapatillas se secarán rápido, hace calor además. Y continuamos el camino, cada vez más estrecho. Hay un olor desagradable a orina animal. Les digo que debemos estar cerca del zorro. Las niñas gritan y los niños les hacen chist!

Hasta que la ruta se acaba. Area 51 me grita que no hay más camino, que deberíamos trepar por un farellón. Me aproximo para ver si es posible. Todos los niños se acercan y quedan enganchados entre las espinas. Mi hermano alega que se torció el pie.
Subo la ladera agarrado con las cuatro extremidades y veo un valle al otro lado, seguramente hay un camino para allá, pero no es este. Imposible superar el obstáculo, les digo. This is it. No podemos seguir adelante. Miro a mi alrededor y veo caritas exhaustas pero felices. Casi todos tenemos alguna espina clavada. Incluso la niñita que no paraba de arreglarse el pelo se ha dado por vencida y me mira chascona y sudada. No habremos llegado a la ciudad de los césares, les digo, pero atrás nos espera una piscina. Y la idea del agua fresca alegra los corazones de zorreros y conejeros por igual.

La expedición de regreso es unisex. Los niños que van delante sujetan las ramas de espino para que los demás podamos pasar. Las niñitas me dicen que nunca antes habían visto a sus compañeros tan galantes y bien educados. Sonrojados, los zorreros parten a la carrera para alcanzar la piscina. Mi hermano entre ellos. Le grito que qué pasó con su torcedura, me responde a lo lejos que ya está bien. Me río, siempre estuvo bien, un pie torcido no es tan sutil como eso. Les digo a las niñas que corten cardos. Javier los reúne a todos para una foto final. Hans está muy triste porque la niñita de lentes le espantó la araña que pensaba atrapar. Estamos cansados, han pasado 2 horas.

El paseo termina y no estoy seguro que haya cumplido mis literarias expectativas, pero si las de los niños. No creo haber encontrado material para una buena columna. Javier me pregunta si me puede sacar una foto.

Y yo odio las fotos, pero me presto esta vez. Ahora lo entiendo. He sido un buen guía. Los niños lo pasaron bien, aprendieron cosas y este niño ahora me ve como un héroe. Tanto así que quiere mi foto. Me hace sentir bien, tanto como cuando más tarde me entero que Eduardo (alias Nº1) comentó que tengo pasta de líder scout (él está en el grupo scout del colegio).

Yo en sexto básico no tenía amigos mayores. No me atrevía a acercarme a los más grandes. Sólo era amigo de mi curso. Fuera con los demás. Tal vez esto me significó no ser nunca un niño abusado, nunca un matón me sacó la cresta. Yo sabía como escaparme. Simplemente no estaba ahí, en las zonas de peligro.

Es lo que me hace a veces más leprechaun que humano. Sé como hacer para desaparecer.

Pero a la vez nunca aprendí a comprometerme, no confío ni en mis propias determinaciones. No sé perseverar. Mis falencias son evidentes.

It takes a village to raise a child. And I'm still a big child myself. Evidentemente la conclusión es esa, aunque no sepa bien como atarla con el resto. O como terminar esta columna de excursión. It takes a village to raise a child.
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lunes, diciembre 08, 2003

"Uno, dos, y cuando diga tres ustedes dicen Arriba!, vale?"

Uno!

Dos!

Dos y medio!

Tres!

AAARRRIIIBBBAAA!!!

Y el diábolo se eleva hacia la ionósfera. Y por un momento todos miramos hacia arriba con la misma expresión infantil, embobados por el juego del malabarista.

Miro a mi lado y lo veo a él, vestido con una polera roja que deja ver un cuerpo gentil y fornido . Me recuerda a un joven Eduardo. Su perfil es marcadamente heleno, es un poco más bajo que yo, su cabello es castaño claro. Es profundamente hermoso y masculino. Estoy prendado. El diábolo cae en la cuerda y todos aplauden. Yo también aplaudo, sacudo el éter, bato palmas, movilizo el aire dulce que me separa del heredero aqueo.

Vuelvo atrás. Estoy de pie frente a un cuadro de El Greco. Primera impresión: Lo imaginaba más grande. Pero luego me fijo en los detalles. Es un cristo crucificado, al fondo se puede ver la ciudad de Toledo y a los pies de la cruz hay osamentas humanas. La propia cruz apunta a un trozo de cielo azul abriéndose en medio de la tormenta. Algo tiene de especial. Algo separa a este cuadro de los otros retratos religiosos del salón. El cuerpo de Cristo no parece estar hecho de piel, sino de una materia distinta, luminosa y etérea. Tiene algo de extraterrestre. De repente ya no sé si el cuadro representa un relato bíblico cátólico romano. Claramente en cambio sé que hay algo de divino en la pintura. Algo de sagrado. Jesús no murió en Toledo, o sí? Pienso en cosas que suceden una vez, en un instante y un lugar, pero que sin embargo afectan a todo la existencia, cambian el futuro y el pasado. Veo frente a mi a la eternidad.

Más atrás en el día, todo es sangre y música cool. Estoy viendo en el Hoyts san Agustín "Kill Bill" junto a Pancho. En mi estómago sigue dándome placer la digestión de unas quesadillas fabulosas y un buena cerveza helada. Me siento hecho para disfrutar, de la comida, del cine, del tiempo, del espacio.

Francisco no lo aprecia de igual manera, "la película me pareció una larga pelea, sólo eso. Y no me gustó el final".

A Francisco le duelen los pies y lo acompaño al paradero. A mi no me duelen los pies, no siento frío, no estoy dispuesto a retirarme al cuartel. Quien está abandonando a quién? No veo que haya necesidad de ponerse sentimentales. La amistad es saber manejar bien los tiempos y leer entre líneas. Pero esta tarde me siento cómo un meteoro. Pancho debería poder leer eso.

Voy en busca de la belleza. Necesito darme de cabeza contra algo sagrado y encandilante. Sólo entonces estaré dispuesto a volver a casa.

El muchacho se escapa. No, se queda. Se vuelve a poner en movimiento. Pero esta vez el malabarista anuncia que equilibrará dos diábolos en la misma cuerda. La expectación lo mantiene ahí de pie. Qué edad tendrá? Alrededor de unos veinte. Creo adivinar desde donde estoy que ha tenido una vida grata, que ha recibido afecto y que es capaz de entregarlo. No hay amargura en su sonrisa. Tal vez algo de tristeza en los ojos. Está solo después de todo.

Pancho se sube a la micro. Yo me devuelvo en dirección al Museo de Bellas Artes. El día se ha nublado y hace un poco de frío. Dentro del museo me cruzo con un hombre delgado. Tiene una espalda y una cintura y nalgas que no son las de un hombre que disfrute del cuerpo de una mujer. A menos que sea en un baile, en puntas de pie. Lo sigo porque no tengo nada mejor que hacer. Hay cruce de miradas. Es vicio lo que veo. Pienso en Buffy, reconozco a los vampiros, reconozco su mirada. Me siento listo para un duelo de espadas. La emoción del acecho. Me sitúo a la salida. Espero. hasta que un más poderoso magnetismo desvía mi atención.

Cruzo José Miguel de la Barra a la carrera. Me siento mejor con cada paso. Un vagabundo me mira pasar y hace un sonido extraño al cual respondo con una sonrisa compasiva. Mi efebo corta a través del pasto del forestal y enfila por la avenida de gravilla. Lo sigo y me topo con una nube pestilente. Deben ser las cañerías de los baños públicos del parque que se han roto. Trato de no respirar y apresuro el paso hasta que llego a su lado y con el aliento que me queda le digo :

- Pudiste haber tomado un camino que no oliera tan mal.

Él se detiene y me mira, calibra que no me conoce, pero sigue su camino sin marcar distancia.

- Si, ajá. - Y eleva hombros y cejas levemente, en verdad es hermoso.

- Estaba bueno el malabarista!

- Si, lo estaba.

- Siempre está ahí, debe ganar buen dinero.

- En serio?

- Sí, a veces también está en el otro museo, en el MAC.

- ......

- Te puedo acompañar, no hay problema?

- No, ninguno.

Su nombre es Cristóbal, y está en segundo. Segundo medio. Le digo que se ve mayor. Le hablo sobre como las nuevas generaciones usualmente se ven más jóvenes y que él es una excepción. Yo estudio periodismo, le digo. En la Católica.

- Todos en mi familia estudiaron ahí. Mi abuelo es profesor de física en la católica.

- Ese debe ser el mejor tipo de abuelos, profesor universitario. Mi abuelo era carnicero.

Nos reímos

Estoy disfrutando la conversación. Cristóbal me cuenta de la quiebra de carnes Darc. De que vio recién la exposición de Miró en el edificio de Telefónica. Le pregunto que tal le pareció el Miró del Bellas Artes, hecho de lana. Le pareció genial. Le cuento sobre "Far from heaven", donde hablan sobre el significado de la obra de Miró. Él no ha visto la película pero ubica a Julianne Moore. Es posible que sea gay. Pienso en mí cuando cursaba segundo medio. Él tiene más aplomo que yo, que también visitaba solo galerías y museos, y añoraba y agradecía el poder compartir con alguien lo que estaba viviendo. Pero yo nunca fui tan guapo, ciertamente no en segundo medio.

- Por qué me conversaste así de repente?, me dice

- Me gusta hacerlo. Me gusta conversar con extraños. Me interesan los diálogos, cómo surgen y como se desarrollan. Me gusta escribir. Por eso estudié periodismo. Ahora quiero tomar un taller de guión.

Cristóbal encuentra todo esto muy sensato e interesante. Tomamos la misma micro. Tiene que ver a sus papás a las siete y media. Van a ir juntos a ver Subterra. Le digo que vaya con las expectativas bajas, que así todo se disfruta mejor. Pasamos un momento en silencio, pero ya no me siento incómodo. Me sorprende lo fácil que resulta conversar con él.

-Qué buena, me parece genial que te acerques a hablarle a la gente.

- Bueno, también tuve otra razón.

- Cuál?

- Que te encuentro muy atractivo. (se pone rígido por un cuarto de segundo, y mira por la ventana de la micro).

- Disculpa, te incomodo?

- No, está bien. Y vuelve a mirarme. ( Definitivamente no actúa como si le pareciera raro o malo lo que le acabo de confesar, tal vez mi honestidad le parezca valorable.)

- Me sentía solo esta tarde. Necesitaba encontrar algo de belleza. Por eso te seguí. Pero descuida, sólo me interesa conversar. Pensar en lo demás me da fatiga. En cambio disfruto mucho conversar contigo. Siento que no hay nada malo en eso.

- No, no lo hay

Cristóbal quiere estudiar Ingenería Forestal o Biología. Le interesa mucho la botánica. Me cuenta que salió solo porque sus papás no lo quisieron acompañar y sus hermanos son muy chicos. Me cuenta que le gusta hacer cosas solo. Estudia en el St.George y un día subió el Manquehue por Lo Curro, luego bajó por La Dehesa y siguió hasta su casa en El Arrayán. Yo le cuento de mi caminata desde Colón Oriente hasta Estación Central. Me pregunta que voy a hacer este verano. Le digo que tengo ganas de salir. De ir a Macchu Picchu, o a Isla de Pascua. El fue a Macchu Picchu y me dice que tengo que ir de todas maneras. Cuzco le encantó, podría pasar veinte días en Cuzco. La ciudad, con los cimientos incas de las casas. El tren desde Cuzco me dice que es fabuloso.

Me siento asquerosamente egocéntrico por no poder recordar sus palabras exactas. Lo cierto es que estaba embobado, tratando de mantener atractiva la conversación, tratando de absorber su aroma, de grabarme sus rasgos. Concentradísimo y a la vez tratando de parecer relajado. Sentí que a él le pasaba lo mismo.
Ya no paramos de hablar, me cuenta de un tío que armado de un buen manejo del inglés se fue al Explora de San Pedro de Atacama y trabajó allá un verano.

- Yo me bajo acá en Escuela Militar, tú sigues?

- Sí, esta micro me lleva directo a casa.

Es tan refrescante, él ve el mundo lleno de posibilidades y me contagia su visión. Yo quiero hacer eso, subir el Manquehue, visitar Cuzco, ser guía de turistas en el Explora. Cristóbal se baja de la micro. Me da la mano, una mano firme, cálida, viril y sensual. La micro no le para a la primera, me doy vuelta para verlo bajar. Se despide con una sonrisa avergonzada. Y luego ya no está más.

Qué edad habrá tenido?, 16? Quisiera tener nuevamente esa edad. Pero de tener 16 jamás me le hubiera acercado. Sería perfectamente comprensible enamorarse de un chico como aquel. No, enamorarse no es la palabra. Sería perfectamente compresible rendirse a los pies de un chico como ése. Convertirse en apóstol.

Y vuelvo pues a casa. Soy un meteoro afortunado. Aunque solo sea desde la posición de entrevistador, encontré lo que buscaba. Vuelvo a casa con algo de fe. Vuelvo embobado.

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sábado, diciembre 06, 2003

Tengo una invitación doble. Es que las humillaciones no acaban nunca? Vamos, seguro que esa no fue la intención.
Es mi oportunidad de invitar a alguien a la inauguración de un bar muy cool. Me conecto a messenger para descubrir que, o nadie está en línea, o sí lo están y me tienen bloqueado. Online está el Ale, un compañero de liceo con quien la última vez quedamos en juntarnos y conversar una cerveza. De eso ya han pasado unos seis meses.

Pero es semana de exámenes, de lo cual me informan en seguidilla varias negativas, excusas y teléfonos con casilla de mensajes. Nicole tiene un compromiso. Muni está estudiando en Cerro Navia. Francisco tiene exámenes. Mi hermana dice que no a la sola mención de la palabra sopas.

Sí, se trata de un bar de sopas. A mi me parece un concepto muy original. Mi hermana seguramente se imaginó un caldo lleno de maicena con islas de grasa y cráneos de codorniz. La culpa tal vez es mía, por traerle de Baires un libro de Mafalda para su cumpleaños.

Pablo habría sido el invitado ideal, pienso segundos después de entrar al local y entregar mi invitación. Mi amigo diseñado gráfico seguro le divierten las inauguracíones, con los fotógrafos esperando que aparezca un famoso, con las promotoras de bebidas energéticas y las otras que a la entrada te informan con su mirada si es que te vestiste bien para la ocasión o si eres otro adefesio más. Pucha Pablo, lo siento. Habrías sido la mejor compañía.

Los anteojos de lectura me dan un look intelectual que justifica socialmente el raquitismo, al menos en parte. A traés de ellos escudriño a la concurrencia, es temprano todavía y no me cuesta dar con ella.
Verónica está espléndida, lleva un vestido rojo ajustado que la hace ver aguda y voluptuosa. No cabe duda quien es la anfitriona aquí. es un gusto poder verla tan dueña, le sienta bien.

Entran Virginia y su pololo de 3 años y medio. Javier?, le pregunto. Hmmm, Jaime?.. Disculpa la mala memoria, Gastón?

"Cristian", me responde. Y para colmo él sí se acuerda de mi nombre. "Es que Virginia pasa hablando de ti". Ah, digo yo. Sin saber que pensar de eso. Con Virginia fuimos muy amigos en tiempos tormentosos, pero ahora ya no nos vemos más que de casualidad. Quizás qué recuerdo mío subsiste en sus conversaciones. Debe ser uno bueno, ella está feliz de verme, y ambos somos muy malos (o demasiado buenos) para fingir.

En el segundo piso están las sopas, y unos sabrosos bocaditos que despachamos de una. Virginia me reta por salpicar pan molde al suelo, yo no sé como lo logra ella, si el pan está duro. Pero ya ha llegado más gente, la música (Dimitri from Paris) sube de volumen y nadie me mira feo por las migas en el piso.

Minutos depués sostengo en una mano una copa de champaña, mientras la otra recibe un Jack Daniels con Dark Dog. "Cafeína con taurina, más acilmetalidomida y extracto de Guanabacarandá, puros ingredientes naturales", me dice la rubia promotora.

Las sopas están ricas de verdad. Hay sop Thai, sopa de almejas y una sopa color fucsia que me dicen es betarraga. Se sirven en pequeños pocillos de greda. Converso con la Mane, con Raimundo y Mara, con Mauricio, con un amigo de Cristian. Todos parecen de acuerdo. El local ya está repleto y cuesta avanzar hasta la barra libre. Pido un vodka tónica y mientras me la preparan me encuentro que al lado mío está la Icha.

Qué hay con ella? Ella pertenece al bando enemigo, yo no le simpatizo, así de simple. Es el tipo de persona que se alegraría de saber de mis fracasos y hacerlos circular. Me pregunta por mis lentes, me dice que me veo intelectual. Ella acaba de llegar, le informo que hay más gente conocida al otro lado del salón y me abandona al instante. Siento un alivio enorme. Tal vez es cierto, sí me veo intelectual. Hago caras frente al espejo del baño unisex. Jaja, no me puedo engañar a mi mismo. Pero está nada de mal que los otros crean que tengo cuento interesante.

Quien si tiene un cuento interesante es la anfitriona. "Te invito a algo malo. Pero bien malo." Me dice y yo la sigo, no sabiendo si me espera un rapidito en un closet o si vamos a registar bolsillos en la guardarropía. En el camino se nos unen el fotógrafo y una marionetera hippie.

Qué dice mi conciencia?, mi conciencia dice que el mal es algo demasiado abstracto y que debo enterarme de los detalles.

La verdad es que lo sospechaba. Malo habría sido un porrito. O ni siquiera. Pero bien malo evidentemente significaba cocaína.
Uuy. Suena fuerte esa palabra. La vez pasada que me ofrecieron líneas las rechacé. La vez anterior fue la primera, me convencieron con el argumento de lo mucho que había costado de cara y probé sólo un poco. El efecto esta vez fue el mismo. Una rápida descongestión nasal. Es cierto que es mejor que el mentholatum, pero no me justifica todavía el precio, las leyes en su contra, los problemas de Colombia o la fortuna del protagonista de Johnny Depp en Blow.

Los efectos esperables, es decir, euforia, un mayor estado de alerta, pérdida del sueño y goce sexual mejorado. Son buenos argumentos de venta. Pero debo admitir que si yo hubiese sido el primero en experimentar con esta sustancia, la habría vendido como remedio contra el resfrío. Y el mundo sería diferente.

Termino una roncola, chao chao y me dirijo a la siguiente parada. Disco Fausto. Al menos acá dijo Mauricio que nos veríamos. Al día siguiente descubriré que el se refería al Miss Fausto, que se realizaba en el teatro Providencia, con la participación de los artistas de Rojo Fama Contrafamal. Yamna, Maura y Pía Guzmán deciden cual drag queen la lleva, o les da más susto.

En fin, la disco está medio vacía, por no decir hueca. Echo de menos las sopitas. Pero pronto ya veo a un chico (digo chico, pero era más bien alto y de 30, en fin) bien plantado, con polera sin mangas y un corte de pelo como el que siempre intento que me hagan y sin embargo termino con el mismo estilo de escolar en quinto básico. Los peluqueros no me simpatizan.

Gerardo, por suerte, no es peluquero. Es cheff, trabajo 4 años en Londres y ahora está cesante. Gerardo me simpatiza. Su tono de voz es igual al de Emmett en Queer as Folk Us. Lo que en inglés se llama limp y en Chile sería una voz suavecita y quedada que hace que perros, chincoles y hasta semáforos adivinen que eres gay.

El alcohol sí produce sus conocidos efectos. Gerardo me parece extremadamente guapo y se lo digo. Pese a que ya me ha informado que a él le van los hombres mayores es él quien me invita a bailar. Pop de los Ochentas, Bananarama, Samantha Fox, Depeche Mode. Con esta música me siento de 15 más que de 25.

La noche no es mi terreno. Soy un forastero en la noche y todo lo que en ella sucede es como si pasara en una pantalla. La sensación es de absoluta irrealidad.
Por las noches siempre conozco estrellas de cine, en vez de gente normal. He tenido aventuras con Luis Fonsi, Tomás Muster, Josephine Baker, el Che Guevara, Brett Anderson, Johnny Bravo y hasta Joe Pesci. Perdí la cordura con Alejandro Sanz por un largo tiempo. Todo ha sido verdadero, y todo ha sido sumamente irreal.

Cada vez vuelve a suceder. Lo mismo esta noche, bailando con Emmett Honeycutt al ritmo de Sophie Ellis Bextor. Estoy disfrutando. Pero ya no soy yo. Tal vez soy un mejor yo, soy un más seductor yo, eso es seguro. Las palabras salen que da gusto, y casi nunca abandono el local sin compañía. Pero cuando vuelvo a estar solo es lo mejor. Amanece en la ciudad y yo camino por el parque junto al río, momentos en que me siento inmortal. En aquel solitario amanecer soy yo el prometido de la Aurora.

Por eso la noche no es más que un juego. Inconsistente, tramposa, artificial. Un sueño, nada más que un sueño. Pero no el tipo de sueños que me inflamen por dentro. Visto ya a la luz del día, en la noche puedo ser the biggest jerk, tened cuidado conmigo.

Ninguno de los dos llevaba lápiz o celular. Le dije a Gerardo que memorizara mi número, a sabiendas que ni yo mismo lo recordaba bien a esas alturas. Historias que empiezan y terminan en el transcurso de una noche. Dándome justo el tiempo para volver a casa y dormir un poco. Hasta que el sol entre por mi ventana y aniquile mis sueños de infidelidad. Soy un sacerdote consagrado al culto de Apolo, no hay otra manera de explicarlo.

Y si Tú has de llegar algún día, el sol brillará tras tus ojos, aún cuando duermas y entre la luz por la ventana. No más noches de las que huir en sueños o en los brazos de un extraño vagamente familiar. Solo entonces podré dormir, con sol por almohada, anulando en su calidez las demandas del día y las fantasmagorías de la noche.



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jueves, diciembre 04, 2003

Pocas cosas me hacen sentir tan libre como las palabras. Con palabras siento que puedo decir cualquier cosa, y eso no es una tautología. Abundan las personas que conocen las palabras pero no se atreven a decirlas, o aquellos a quienes simplemente no los dejan.

Por eso he decidido hacer uso cabal de esta columna blog, y escribir cosas que nadie escribe, que si estuviera contratado no me dejarían escribir. El tipo de cosas a que el propio sentido común pone reparos.

Sólo conozco a un columnista de sexo decente y recomendable. Grant Stoddard escribe es nerve.com y su columna se llama "I dit it for science". Básicamente él acoge el clamor popular por saber de primera fuente acerca de temas tan interesantes como la fotografía erótica y los transformistas. Mi amigo Grant el otro día necesitaba una pareja, porque quería escribir acerca del sexo en la combinación 2 hombres + 1 mujer. Primero se consiguió una amiga bien horny y luego se fue con ella a una disco a ligarse un tipo. Lo mejor de todo es que el relato parece muy real, el tipo mete la pata, no es como esos relatos eróticos donde todo es perfecto, turgente e inodoro.

En fin, léanlo a él. Tal vez no quieran leer lo que escribiré ahora. Too much information. Me está entrando el pudor. Mi amiga Sol siempre que salían este tipo de temas al ruedo se tapaba los oídos con las manos y decía "No te escucho, soy de palo, tengo orejas de pescado"

O algo así.

Digamos que uno de mis sitios favoritos de internet es gaydar.co.uk , esta web es un mega mall internacional de avisos personales gays, cada miembro tiene su página donde pone fotos, sus gustos personales y tiene la opción de mandar mensajes a los demás miembros. Demás está decir que hay muchos miembros en esta página (ejem).
No, no les voy a dar mi dirección en gaydar.
Sí les daré en cambio la de cierto chico con quien compartí un rato agradable esta mañanita. http://gaydar.co.uk/jolucas (échenle un vistazo)

Qué fue lo que le dije para atraer su atención?, la verdad ya no recuerdo bien, tiene que haber sido una talla sobre su pinta de Chippendale (por la humita, está claro), el caso es que hicimos clic de una. Y pronto ya estábamos conversando por messenger.
"Buen cuerpo y sentido del humor, esa mezcla es dinamita", le dije

"Jajaja" (se reía mucho el compadre), luego me puso una carita emoticón sonrojado.

"Uf, hay dos cosas que me matan en un hombre, que me guiñen un ojo y que se sonrojen"

A eso respondió con la carita emoticón que guiña un ojo

"Estás tratando de seducirme?", le pregunté. Pero no captó la cita a "El graduado", citada a su vez en "American Pie"

El chico en cuestión dijo estudiar Ingenería Comercial. Eso me hizo pensar en que yo soy un periodista loser y que tal vez no habría sido tan asqueroso estudiar comercial como todos los parientes me decían y que tal vez ahora tendría pega, o al menos podría encontrar avisos en el diario donde buscaran a gente como yo. Pero no íbamos a hablar de pega. Hablamos de excursiones outdoors, de los perfiles truchos en gaydar, del avance del Opus Dei, intercambiamos fotos. Me dijo que me parecía a Gonzalo Feito del CQC.

"I get that all the time", le dije

Pronto ya estábamos hablando de sexo. De lo caliente que es la juventud y lo jóvenes que los dos somos. Yo le dije que no era nada malo admitirse caliente. Que una vez hablé con cierto profesor de teatro de 29 que me confesó que ya no soñaba cuando dormía y que la música ya no le provocaba nada. Ambos sentimos pena por él.

Ya sé que es burdo, el caso es que este chico a quien yo imaginaba de buena familia, deportista y centrado, me empieza a hablar de lo duro que lo tiene todo el día. Claro, con sutileza, me mandó un dibujito en código ASCII. Yo le dije que estaba bien hacerse la paja, que era el sexo más seguro de todos. Considerando que la abstinencia te jode la cabeza y terminas siendo pedófilo. Cosa de preguntarle a cualquier cura.

La dura que es el colmo que la campaña contra el Sida no hable de la masturbación.

En fin, que me pidió que le mostrara algo y yo le dije que me parecía poco prudente dado que podía escuchar a mi madre y a mi hermana en sus piezas.
Luego, claro, pensé que si las podía escuchar tan perfectamente, también podría escucharlas acercarse.

Así que conecté la webcam. Cuando mi papá la compró no quise informarle de cuál es el uso más popular de este aparatito. Yo tampoco la había ocupado nunca con este propósito. Por eso mismo sentía que mi webcam estaba medio abandonada. Con lo inútil que me siento actualmente no pude resistir la tentación de hacerla sentir a ella un poco más necesaria.

Honestamente, todo este cuento del cybersex me ha parecido siempre de lo más absurdo. me dan risa los hombres que se excitan a la vista de un pene. Me imagino que podría ponerles en frente la foto de un hongo con forma de falo (que los hay, y varios) y se excitarían igual. Pero la falta de perspectivas en la vida mina cualquier moral, y sobre todo la moral de los absurdos.

Ok, Jolucas estaba muy contento con lo que veía. Lamentablemente él no podía mostrarme nada porque la cámara se le había echado a perder. Me dijo que estaba vestido sólo con una toalla a la cintura. Esa imagen mental me sirvió para mantenerme digno frente al ojo de Sauron, la verdad, la imagen estaba bien, ni tan borrosa, y mi estómago se veía bien, hasta parecía que tuviese calugas. Ya me daba cuenta que el cybersexo tiene un rollo narcicista.

"Oye, no te parece que estamos cruzando la línea aquí. A mi me interesa conocerte, y me daría lata que me catalogaras como caliente de cuarta por esto"

"Nada de eso, si yo soy igual. Uuh, que bien se ve"

Ok, a estas alturas ya no guardaba la mejor impresión de mi amigo ingeniero deportista de 23 y de casa con piscina. Pero eso a la vez era un alivio. Le dije que no era común que los gays con buen cuerpo fueran muy simpáticos y él volvió a poner esas caritas msn que supuestamente tanto me seducen en persona.

Tal vez, tal vez sea un chico tierno y saludablemente caliente. No tiene nada de malo. Todos nos despertamos con un boner por las mañanas. Es señal de juventud, es el divino tesoro, no?

El cerebro después de todo es el músculo más horny de todos, pensaba al masturbarme siguiendo las instrucciones de mi amigo voyeur. Es el cerebro el que me hace imaginar que él es un chico fabuloso, el cerebro me permite obviar su falta de ingenio y lo burdo de todo este asunto. El cerebro se complace ante esa sensación fresca de exhibicionista debutante frente a la cámara, el cerebro me provee de imágenes infinitamente más seductoras que mi no obstante guapo cipote en la pantallita lateral del messenger.

Viene mi madre, escondemos entonces al roedor. Roedor?, no estoy acostumbrado a ponerle nombres graciosos, sorry. El caso es que a mi amigo al otro lado del cable le baja la culpa católica y se disculpa por haberme pedido hacer algo tan riesgoso. Y yo le digo que no es para tanto, que está todo ok, pero que apreciaba su consideración. Madre se retira gritando, no por mí, sino porque al fin logró organizar barata la fiesta de fin de año de mi hermano chico y no sé que otra cosa. Yipi Yupi por el pasillo de vuelta a su pieza

"Bueno amigo", le digo, "ha sido un gusto compartir esta erección matinal contigo"

"Y que lo digas", responde, "estoy demasiado caliente ahora"

"Ok, no te quería decir esto, no me parece totalmente apropiado, pero ya que estamos en confianza.." "No podríamos juntarnos hoy?, tengo el día libre" (Ja!)

"Pucha, no. Tengo examenes toda esta semana"

"Está bien, tenía que preguntarte"

"Ejem, y aprovechando la confianza, te puedo pedir yo algo?"

"Seguro, que pasa", le escribo cordial

"No podríamos acabar juntos?, es que ya no puedo más"

Ehm,,, la imagen de un gordito degenerado encerrado en su sótano y con los ojos turnios me vino a la cabeza. Tuve que volver a revisar esas fotos en la piscina. me parecieron suficientemente reales. Pensé que los gorditos babosos degenerados no son los únicos que tienen la líbido sobrecargada. Es algo que le pasa a todos los hombres por igual, es el verdadero significado tras la frase electoral de Lagos. Crecer con Igualdad. A todos los hombres nos pasa, y yo prefería seguir creyendo en mi saludable deportista.

"Ok", le dije. Mientras reposicionaba la webcam y probaba nuevos planos, acercamientos, todas las cosas que aprendí en taller de televisión. Las rueditas de la silla me permitían hacer incluso unos dolly in y dolly out. Las tomas en contrapicado me favorecían bastante.

Hasta que acabé. Un nutrido chorro de leche condensada en mi cóncava palma siniestra. Preocupado de no salpicar. Ese el típico momento en que uno lamenta no tener los orgasmos múltiples de las mujeres, o al menos la supuesta sabiduría tántrica. Que ganas que el placer estallara dentro de uno y recorriera el cuerpo como las mareas, y en cambio no queda más que este líquido pringoso en la mano con toda mi carga genética transportada por millones de espermios que con toda razón no deben estar muy conformes con mi "opción sexual".

Al otro lado de la matrix había pasado algo parecido. Muy romántico.

Post eyax me vuelvo un puritano heteroxista. Post eyax podría dar el sermón del monte. Post eyax todas las cosas parecen tener un valor distinto, lo que era urgente se vuelve nimio. Encuentro difícil creer en la existencia del mal y en el temor a los violadores post eyax. Post eyax Hyde se convierte en Jekyll y preferiría leer Harry Potter esta noche en vez de ir a una disco llena de miradas retorcidas, con música añeja y mala ventilación.

Pero a mi amigo al otro lado no le pasa eso, está muy contento y agradecido. Dice que ahora sí puede ir a darse una buena ducha y partir a clases.

Eso me hace sentir muy bien. He hecho mi buena acción del día.

Me lavo las manos y pienso que de todas maneras no estoy en condiciones de darle un propósito a ninguno de mis expertos corredores. Si yo mismo no sé que hacer con mi vida. Yo mismo me siento un error. Un misfit cualquiera.

Quisiera un abrazo, llevo 10 años buscando un condenado abrazo. Me pongo muy niñita post eyax.

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miércoles, diciembre 03, 2003

Mi prima Angélica me dice desde su laborioso retiro en Collipulli que lo que escribo está bien pero que soy muy llorón. Ultrallorón querrás decir, le dije. Es todo a propósito. Y puedo demostrarlo.

Hoy he tenido unos cuantos de esos momentos de sentir casi aristolástima por las masas trabajadoras. A las tres y media, por ejemplo, mientras leía Harry tendido en el diván del patio y escuchando John Coltrane's "My favourite things". El placer de la música y el de la lectura se superpoí­an obligándome a hacer una pausa para optar entre el goce de los ojos o los oí­dos, alternativamente. Y luego el sabor del té tibio con canela... Y los zorzales en mating season. Mis cosas favoritas en la vida no cuestan un centavo.

Y ahí pensaba yo, que pena tener que trabajar, que pena creer necesario esclavizarse para tener más dinero que gastar y no poder en cambio disfrutar de una bucólica tarde de primavera como ésta. Tal vez yo soy único, pensaba, tal vez no todo el mundo es capaz de disfrutar de las cosas simples. Tal vez no está bien para mí el trabajo, tal vez la gente como yo debería ser subvencionada y simplemente vivir. Desarrollar el arte, la joie de vivre. Gente como yo descubrió que plantas y que frutos eran comestibles, de gente como yo nace la música, y la poesía. Gente como yo se hizo preguntas, creyó encontrar respuestas, gente como yo difundió la idea del amor, gente como yo. GCY.

Ay, pero es que yo soy tan especial. Y hay tan poca gente como yo.

Lo ves prima?, ves como puedo provocar otro tipo de impresiones. Y lo más curioso es que mi Yo engreído, esteta y aristócrata es tan yo como el que más. Pero lo suelo mantener piola, usualmente despierta cuando termino de quejarme.
Lo ven, es todo un truco.

Mirad, es fácil, me voy a quejar nuevamente. Resulta que existe un programa de Asistentes de Español que gestiona la embajada de Francia. Es un plan de ensueño, que le lleva pasajes y viáticos para estar un semestre en Francia ayudando a un profesor de colegio con las clases de castellano. Era mi plan B, mi glorioso plan B. Y con él pretendía quedarme callado hasta que resultara. Si lo cuento ahora es porque claro, se funó. El plan está dirigido a profesionales jóvenes de las áreas educativa, cultural y artística. Yo pensaba que periodistas pasaban por culturales, pero nope.

Para los putos periodistas no alcanza.

I hate myself all the more, debería haber estudiado pedagogía, los avisos económicos de El Mercurio están repletos de colegios buscando profesores, los profesores ganan ahora bien, los necesitan, les dan becas y para colmo los muy bastardos se van a huelga porque quieren más. Y les dan su famoso reajuste.

Los periodistas en cambio no hacemos huelga, porque no tenemos trabajo seguro de partida, y si lo tenemos no se arriesga por demandas laborales. Que va, si los sindicatos de periodistas son un chiste. El Colegio de periodistas parece Club de Jubilados. No quiero ni siquiera entrar mucho en este tema, las quejas las prefiero lloronas y teatreras, con una pizca de irrealidad, pero este asunto muy real y lamentable y después de haberlo dicho todo no me sentiré desahogado porque todo seguirá estando igual, no saco nada.

Tendré que pensar en un plan C,D,E,F,G,y W . Por mientras mi mente seguirá dando vueltas, pasando de ensoñaciones bucólicas a desgarros de anarquista borracho. Todo muy normal.

Una última confesión antipática antes de abandonarlos. Trago todo el día, lo que sea, en cualquier orden: queso, marraquetas, cebollitas, jamón, pan de molde, super ochos, zanahorias, manjar, caldos maggi, agüitas de hierba, bananas, damascos, galletas de vino, Baileys, huevos revueltos, chocolates. No puedo controlarme, pienso todo el tiempo que me sentiré mejor si como esto, o esto otro. Pero nada funciona y nada me hace engordar. Me pregunto adonde van a parar los kilos que me merezco y que mi metabolismo sortea. Tal vez mi aura esté rolliza ahora, tal vez mi buena suerte. En algún momento necesitaré de mi conciencia y esta no será capaz de trotar en subida. Como y como y como. Cómo es que no me cuido?, Cómo es que saldré de este hoyo, más bien.

"You do it to yourself, you do, and that's what really hurts" ("Just", Radiohead)

Pero bueno, a mi no más se me ocurre estudiar periodismo en la más Felicity por puro seguir a una lesbiana renegada que en ese entonces creí mi amiga. Claramente el camino al infierno está plagado de buenas intenciones.

Pero voy a salir de este hoyo, en mi vida nunca nada es definitivo, ni siquiera la mediocridad, menos aún el fracaso.

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The drugs don't work


Ayer fue el Dí­a del Cine, todas las pelí­culas a precio módico de mil pesos. Aproveché para ver en secuencia "Mystic river", "Thirteen" y "XS". No estuvo mal, pero tampoco estuvo glorioso. "Mystic river" fue la mejor, pero aún así­ salí­ del multiplex un poco frí­o, y tuve que caminar unas 30 cuadras hasta sentirme con ganas de volver a casa, o con ganas de algo en absoluto, en definitiva.
El Lunes fui a pagar la cuota de la fiesta a Chilevisión, me encontré con Paz, que trabaja en TVN, y conversamos un rato hasta que apareció Isidora. Fue un alivio que no se quejara de su pega, me enerva la gente con trabajo que no hace más que quejarse, y luego cuando lo pierda se seguirá quejando. Ambas parecí­an bastante conformes, incluso con sus sueldos. Pensé que me haría sentir mejor ver a mis exitosas colegas, pero no fue así­. Simplemente de un punto a esta parte no me concibo a mi mismo siguiendo su ejemplo y consiguiendo un trabajo. Tal vez sea por fallar demasiadas entrevistas (la verdad, tampoco he conseguido tantas to begin with). El caso es que voy mal, muy mal. Hace años, cuando mi letra empezó a hacerse diminuta debería haber hecho algo, pero ya es claro que no sólo mi letra quiere desaparecer, sino yo mismo quiero volverme invisible, inmaterial, aéreo. Ayer no comí más que un sandwich de jamón y galletas. Pero sentía un mórbido placer al rechazar el plato casero ("es muy tarde ya, no tengo apetito, ma"). Claro que luego me desperté a las 3 de la mañana con un concierto de tripas y tuve que levantarme y servirme un vaso de leche que fuera. Luego de eso tuve una diarrea grosera que me demostré que en mi cuerpo se libra una guerra civil visceral. Mi cerebro y mi corazón no van para el mismo lado, y mis intestinos se han vuelto terroristas. Estoy flaco flaco flaco, tal vez tenga un principio de anorexia o tal vez sea mi usual hipocondría. Quiero sexo, principalmente porque quiero palpar, respirar, otro cuerpo que no sea el mío. Tal vez este jueves vaya al Fausto. Y pasé pues el dí­a del cine. Será que estoy abandonando el frenesí­ compulsivo de la cinefilia así como abandoné en parte la adicción a las series de SONY? Podrí­a ser algo bueno. Podría proponerme en adelante sólo ver pelí­culas que tengan un efecto positivo en mí. No más lo de ver todas las nominadas al Oscar y absolutamente todos los estrenos de cine arte. Pero entonces, dónde encontraré la motivación que necesito, como yonqui, cada semana?
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lunes, diciembre 01, 2003

In the beginning...


Quiero comenzar diciembre con un propósito o determinación. Quiero obligarme a ser responsable o metódico. Quiero forzarme a hacer cada día algo diferente o relevante. A los 25 años me encuentro convertido en un arquetipo de los peores. Soy un periodista desempleado, vivo en Santiago de Chile, single latin young gay man, without a clue about his life or prospects.Estuve a punto de escapar a mi destino, eso sí­.
 Postulé a la Academia Diplomática y quedé entre los 25 finalistas, pero no entre los 10 que en definitiva fueron aceptados. Habría sido un golazo de media cancha. Ahora en cambio estoy de vuelta donde empecé. En diez dí­as más será mi ceremonia de titulación, y luego la fiesta de í­dem. Hoy saldré a pagar la cuota. Cinco mil pesos que deben ser entregados en cualquiera de las sucursales o locales de trabajo de mis compañeros que pueden sentirse relativamente productivos en esta sociedad. Aprovecharé además de devolver un libro que no terminé ("El nacimiento de los fantasmas", de Marie Darrieussec). No parecía malo, pero el caso es que me conseguí­ Harry Potter 5, y prefiero ese tipo de fantasmas, de momento la realidad ya es bastante espectral para cargarla con novelitas existencialistas francesas.
 
Me leerá a mí alguien acaso? El cuento gay es un buen gancho. Hace un tiempo era un fanático de las columnas de oasismag, y entonces lamentaba que no hubiese algo parecido con jóvenes gays chilenos contando sus experiencias. Supongo que habrá algunos en blogger, tendré que buscar.De hecho, lo haré ahora mismo, así que supongo que eso es todo. Hasta mañana.Nota a mi mismo: Trata de inventarte un estilo, trata de escribir mejor, desarrolla algo de ingenio o muere en el olvido.
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